Crujía lentamente
desciendo los peldaños
que la conducían
a la cama fatigadamente.
Dejaba correr
el agua mansamente
mientras desvestía
su cuerpo
pálido flácido
y muy cansado;
ella con cariño
me acariciaba al revés
se reclino cerrando los ojos.
Era el torzal
flujo negro
rizo pegado
en el cuerpo
que emanaba
perfume suavemente
¡olor a sexo!
Sombra
que se cruza entre
sus piernas
hecho que la perfora
de placer.
Come un trozo
de su bocado
¿esta fría?
Helada con temblores
seguía suspirando
de delicias.
Crujía de ansía
gemido rechina
en su cuerpo.
Se sentía corroída
de deseos
la miro
y estaba que se desvestía
de temblores causado
por la brisa,
temblores inquieto
causado por el cosquilleo
provocado por el profundo
remolino de agua que los
cabria constantemente.
Se movía
Obedientemente inmóvil
pero se revolvía en el centro.
Me mira
y veo el brilla
de la superficie
que se agitaba suavemente
en una noche suave
de cuarto creciente.
Eran los temblores
que causaban
su descenso
deslizándose
por la seda de su cuerpo.
Me decía me miraba
y veía
el brilla de la faja
que se agitaba bruscamente
en una madrugada suave
de cuarto creciente
en un cielo despejado.
Eran los temblores
que causaban
su descenso
deslizándose por la seda
de su cuerpo
vencida de deseo.
Todo lo derecho de autor reservado. Francis Mota