Le escribo al que me lee y con dulzura critica mi escritura.
Ayudando a que perfeccione en la gramática y profundice en la dialéctica
cosas que he creído contrarias a las nuestras.
Le escribo al que solo se siente y en textos identifica episodios
de su vida que va en transito.
Al afligido gemido que trata de salir del alma aunque sea fingido
haciendo creer que nada pasa, que nada huele, que todo esta limpio.
Le escribo al solitario compañero que esconde en sus cuartillas
talento oprimido por emociones apresadas.
A los luchadores del amor que en busca del mismo
se pierden en la nada, le escribo a la mujer,
a la machista y feminista.
Le escribo a su razón de ser, a su existencia en la vida.
Le escribo a la soledad y a la pasión desenfrenada, a las miles
de batallas cruzadas que terminan en besos y en la cama.
A la confusión y el divino desespero del día a día, le escribo
a tu rostro, a tu cuerpo y a tus caricias.
Le escribo al que me lee y con dulzura recibe mis escritos.
Le escribo a los extraños, a los amigos, enemigos, y a mis hijos.
Le escribo a la nada y al todo que no tiene respuesta.
Le escribo a la poesía y a tu mirada.
A tus manos suaves y tu nobleza.
Te escribo a ti compañero, que hoy eres sensible
e intentas ser poeta.
Enfrentando criticas diarias de supuestos
amantes de las artes y de las letras.