El lector sombrío
umbrío entre la noche
sábanas de viento
envuelven en frío
su espíritu soñoliento
mira al cielo
en el desvelo
del recelo pasajero
la Luna, eclipsada
difumina su blancura
una estrella la acompaña
una, nada más que una
emprendido es el camino
o el camino emprende la caminata
el viento reza a sus pagodas
su dulce serenata
iluminan el paso las farolas
y la Luna sigue sola
mirándose al espejo,
fiel reflejo de las olas
ave de riberas incontables
hilos de seda que acarician
las copas de los árboles
hilos morados, cortados
su distancia ahora aterra
porque en el pasado
ni el dorado
la apartaba de la Tierra
tácitas pisadas
del andante taciturno
plenilunio que descubre las verdades
en el paraje nocturno
repiqueteo continuo sobre una mesa
letra presa del azar
repiqueteo que no para
y que ha de finalizar
silencio...
sólo se oyen los rumores de los coches
ya sólo queda acostar
con el fulgor de medianoche.