El Párroco viejo, el centro del universo,
el carruaje dulce de las mil sensaciones.
El indignado viaje, el vaso transverso,
el whisky con soda, la sola desolación.
El puñal quitafrio,el cigarro pendenciero
el trago agrio, el verde pimentón.
El helado costoso,el vinilo carbonero,
whisky de cantero, matrimonio sin vos.
El talonario jíbaro, el directorio perplejo...
el ambulatorio ebrio, la cama de Dios...
la piragua pérfida, a cicuta gratis
solitario amigo, compañía de dos.
Mi escocés tramontano, mi aceite de oliva
la montaña perdida, el anís...el hola y el adiós.
Blas Roa