La distancia es acortada
en la mente que inquieta
medita embaucada
en aquello que desea
y al desear perfeccionarnos
anhelamos iluminarnos
blanca piel tatuada
con oscura tinta negra
que dibuja plumas aladas
abiertas y que vuelan
sobre tu espalda delicada
que desnuda, luce adornada
mirada enmascarada
de ingenuidad y travesura
ojos verdes esmeralda
que rezuman la frescura
de un manantial de montaña
que de vida la tierra la baña
labios y orejas prendidos
por adornos plateados
que se quedan desvalidos
cuando se han separado
del templo de tu alma
tu cuerpo, que sacude la calma
celos, una tontería
en mayúsculas, querido
que no leí la poesía
ya que quede aturdido
con tu faz, que la encabezaba
y que alejada, en mi se instalaba
a media noche y desvelado
leo el pasatiempo divino
de Dios, león enfurecido
por un niño apaciguado
y al acabar el nectareo relato
te escribo estos versos sensatos
la mirada de la infancia
porosa, dulce y amorosa
se vacía de la arrogancia
egoísta, cruel y tenebrosa