Y los labios insípidos besándome están
me atan exigiéndome pleitesía
mientras profano su aire, su luz lastimera
es aquella que a Bolívar se le escurría
Canta al abrir yo mis ojos
aves malditas en sus harapos grises vigilan
anhelando imitar la belleza del Hades
no pudiendo yo escapar de su corona altiva
de sus labios secos con poderío
Yo sudo su melancolía
la arroja con azufre mi pecho
ellos me siguen atando, humillado sufro menguando mi ego
Trono inicuo con viento eterno
espinas y jactancia lasciva es ella
soy un mortal de esta oscura sin flechas
un hombre en llamas bajo un cielo durmiente.