Yerto en la quietud de la noche,
inmerso en el cielo y su inmensidad estrellada,
una migaja de tiempo que explota deslumbra mi mente
que dispersa divaga en esta noche callada;
¿A dónde va la esperanza
cuando la humanidad sucumbe
ante los deseos mórbidos?
dejando la pureza en lontananza
mientras que en la oscuridad se hunde
la piedad entre gritos sórdidos;
Frágil recipiente es el que contiene mis pensamientos,
tranquilos se fugan a través de mi espíritu ahitó
y se alejan flotando en el viento que sopla con rumbos inciertos,
de pronto parece que hay menos estrellas en el infinito;
Qué grande es el mundo ahora
y que ancho es el mar,
sofocante se ha vuelto el roció
y da pena la pálida aurora
que apenas ahuyenta la oscuridad nocturnal;
Se escucha a lo lejos la briza cantando en las calles desiertas,
lamento mohíno que evoca un sinfín de recuerdos,
como si el alma volara al cielo con alas abiertas
y la vida escapara desconcertada del pecho con pasos lerdos;
Crepúsculos sin colores,
el firmamento sin nubes,
los campos sin flores,
neblina de humo que oculta las más altas cumbres
y opaca los corazones,
un largo camino sin rumbo
me deja varado en ningún lugar,
ansiaba tiempos mejores pero no creo verlos llegar.