LA MUERTE DEL AVE
En grutas de soledad,
El ave anidó mi pecho
Buscando en el tibio lecho
La esencia de la aurora
Y deshilachando horas
Te encontró en el sendero
Con rojo escribió tu nombre
En la cara del madero
Amó con frenesí aquellos ojos sinceros
Y fue tu aliento la flama
Para su boca de fuego
Estallido de carnes,
Acosaron a los ríos
Que en torrentes sublevados
Se lanzaron al vacío
Tan lejano, tan oscuro,
Quebró incansables alas
La sangre de tanta herida
Sedujo a los sinsabores
Un batallón de dolores
Tiñó la sonrisa plétora
Y fermentado de ausencias
Deshojó la muerte, el ave
Teresa Ternavasio
25/02/2011