Niña, el cielo está azul
y la brisa mece suavemente
la calma del atardecer.
Mujer, no me hables
de problemas, no quieras
de pronto, envejecer.
Niña, el viento sopla alegre
y sus mantos de suavidad
seducen tu cuerpo inquieto…
Mujer, siente mi mano
ardiente que enciende
el amor sobre tu pecho.
Niña, envuélveme con tus encantos
con tus risas
y tus alegrías;
mujer, no tengas miedo,
seré tuyo
y tú, serás mía.