Si algún día comprendieras cuanto te amo…
Pero la vida se encarga de disminuir los detalles,
A demás tú sigues empeñada en no confiar en mí;
Si solo pudieras en tender que eres mi vida,
Si pudieras escuchar mis poemas enredados en el viento,
Se que renunciarías a tu ideología.
Pues… no siempre hay una razón para cada cosa
Y esta es una de ellas;
Lo único cierto y que importa, poniendo a dios como testigo y te lo digo en esta carta. Te amo y nunca te he mentido.
Son las doce y cuarenta y cinco y el corazón aun me duele,
Aun tus palabras retumban en mi cabeza.
Sabes amor…
No sé qué haré si tú no estás;
Prefiero una celda fría o estar condenado a la oscuridad total,
Pero si me quitas tu amor, no podre aguantar.