Y aquí estoy, levantándome cada mañana
y aunque ya no tomo café en la cama
desayuno y miro por mi ventana empañada
como lo hacía cuando esperaba tu volver.
Y aquí estoy, quizá más delgada
y no es porque no coma nada,
es que la añoranza y el querer tener alas
acaban con esas ganas de todo comer.
Y aquí estoy, en el mismo sitio,
si bien no es ya el cariño que solía haber
pues sabrás el tiempo cura en años
las heridas que a veces daña el placer.
Y aquí estoy, y si bien no te olvido
al menos ya no te escribo en cada pared
tampoco lloro por tus desprecios
ni riño sola al silencio, eso fue ayer.
Y aquí estoy, no es consuelo infinito
pero si, mi cuerpo aun está vivo
y mi alma y razón van al mismo ritmo,
y aunque eres un refrito de cosas del ayer
al menos se no te quiero como te llegue a querer.