SILVIO

UNA FLOR AUSENTE

Me senti satisfecho aquella vez,

cuando tu voz melodiosa,

y tus labios de carmìn

preguntaron como reclamando:

¿y la flor?...

 

Hasta ahora resuena en mis oidos

ese dulce reclamo de tu parte.

Balbuciè una disculpa ese rato,

pero en el fondo, me sentì bien al oir:

¿y la flor?....

 

Ya no iba a poner jamàs esa flor,

porque un dìa dejaste que se marchite,

y ese dìa tambièn se marchitò

algo en mi alma.

 

¿Y la flor?....bueno mi vida, me doblego,

cuando otro dìa vuelvas,

la flor y yo, te estaremos esperando.

No dejes que se marchite esa flor,

ni dejes que se marchite mi alma.

                                                          Silvio