Tu mirada se apaga,
tus letras terminan,
tu voz se escurre
entre ajenas brisas.
El eclipse de mi vida
comienza dentro
del te quiero por siempre.
Has desaparecido como
el transitar de la estrella fugaz
que no permitió la entrega
de un deseo del corazón.
En tu olvido me hundo,
los pulmones piden oxígeno,
no se los daré, en tu ausencia
moriré poco a poco.
Hasta el último latido
dirá tu nombre,
el último suspiro
cobijará tu murmullo.
En tu silueta dejo mi existir,
la chispa de mi vida
en tu sonrisa se encontrará.