El reloj de mi alma se detuvo por más de un instante
Y dejo en silencio mi corazón.
Se detuvo de una vez y observante
me quedo a mí la mente y la razón.
Que será de mi o vida mía
Todos estos años en dolor.
En pena, congoja el alma mía
Perdiendo día a día su color.
Pues más de unas décadas he vivido
He visto, he soñado, he llorado.
Más de una y mil veces perdonado
Y una y mil derrotas he vencido.
He visto muchas caras de niño envejecer,
He visto navidades convertirse en primavera.
Otoños en invierno helando la pradera,
Y soles que se apagan en el anochecer.
A todos mis amados se los llevo la muerte.
Igual que mis triunfos el tiempo los limpio.
Y aun aquí yo guardo el orgullo de quererte,
de quererte y de amarte mas allá de la muerte;
Muerte que te arranco y de mi se olvido.
Y aunque quizás le queden más pétalos a esta rosa
En uno y mil pedazos quedo mi corazón.
Y solo he podido convertir mi alma en prosa
Dejando aquí estos versos, dejando mi pasión.
Y cuando mi momento llegue a mis brazos
Le tocare en silencio sin decir nada en mi regazo.
Porque ya lo que queda de mi son mis pedazos,
Que quieren desde hace tiempo volar hasta tus brazos.