Esta fecha, institucionalizada junto a la bandera y el himno gitanos en el primer Congreso Mundial Roma/Gitano celebrado en Londres en 1971, ha tenido en los últimos años una importante difusión tanto en España como en numerosos países de los cinco continentes. Este año está previsto que alrededor de esta fecha se celebren diversos actos culturales, lúdicos e institucionales (entre ellos una recepción en el Parlamento Europeo y en varios parlamentos autonómicos españoles).
La comunidad gitana está constituida por más de 10 millones de personas que habitan en numerosos países de todo el mundo. En Europa constituye la minoría étnica más importante y numerosa, con más de 8 millones de personas. Precisamente este año se ha adoptado por ocho gobiernos de la Europa central y del Este la "Década para la Inclusión de los Gitanos 2005-2015" auspiciada por el Banco Mundial y la Fundación Soros1.
La celebración del Día Internacional de los Gitanos ha supuesto en los últimos años una importante ocasión para el reconocimiento de los Roma/Gitanos, su historia, su lengua y su cultura. Si bien durante un tiempo ha sido una celebración que pasaba desapercibida, actualmente es conmemorada en países de los cinco continentes, como una llamada de atención a la discriminación que, en muchas ocasiones todavía sufre esta comunidadLos estudios genéticos corroboran la evidencia lingüística que sitúa el origen del pueblo gitano en el Subcontinente Indio.Las investigaciones genéticas de Luba Kalaydjieva muestran que el grupo original apareció hace unas 32-40 generaciones, y que ese grupo era pequeño, de apenas unos 1000 individuos.
En 1322 un monje franciscano llamado Simon Simeonis describe un pueblo con características similares a los “atsigani” viviendo en Creta, y en 1350 Ludolphus de Sudheim menciona un pueblo similar, con un único lenguaje, al que llama "mandapolos", una palabra que según se piensa deriva del griego "mantes" (profeta o adivinador). Hacia 1360, un feudo gitano independiente (llamado el Feudum Acinganorum) se estableció en Corfú y se convirtió en una «comunidad estable, y una importante y consolidada parte de la economía» Dado que la región ocupada por estas comunidades rom era llamada «el pequeño Egipto», los peregrinos que la atravesaban para ir a Tierra Santa extendieron por toda Europa el apelativo de «egipcianos», de donde procederían los nombres de egitanos, gitanos, gitans, egypsies y gypsies. Además de los asentamientos griegos está documentada una larga estancia en los Balcanes, en tierras de serbios, búlgaros y rumanos, en el siglo XIV.