En la lejania en que nos tiene el destino
y cuando anochece, mi mente clama,
estar en tu presencia, tiene la necesidad
de sentirte presente, de oirte, de oler tu piel.
Cuando el cansancio por fin me vence,
el alma sale en busca, de tu cuerpo,
atraido por tu dulce aroma, que desea,
estar al lado tuyo, y hacerte sentir,
todo lo que tu corazón reclama,
dejarte amar, sentir el dulce roze de tu piel
mientras mi aliento se extasia de tu extremecer,
al sentir la suave brisa recorrer tu nuca,
al sentir el manso y delicado beso de mis labios
al circular por las carreteras trazadas, por la naturaleza
de agarrar con frenesí las curvas, subir y bajar,
sin perder el paso, por las bastas llanuras y montes,
que o maravilla, en tu cuerpo Dios creo,
dejar sentir mi suave masaje, para calmar ,
ese amor que nos une y atrae, juntar las almas,
escuchar el suave y ritmico latido de tu corazón,
al principio y luego con loco aceleramiento,
que busques plasmar en cada rincón de mi piel,
tus labios, tus dientes, tu piel, que tatues
los mas escondidos lugares mios, tuyos,
mientras saboreo, tus dulces mieles,
fundir el calor de nuestros cuerpos,
al entrar mi virilidad en tu virtud.