Que misterio esconde el cuerpo, que antes de que la razón actúe
La llama ardiente que desprende, a penetrado sin ser visto
En la profundidad de otro ser, ignorante del estrago que este a de causar
Pobre ser vulnerado, desnudo, descubierto en su intimidad
En esos deseos ocultos, que con recelo guardabas
Liberabas solo en sueños, ya que el pudor le niega una realidad
Quien ha de librarnos de este cuerpo de pecado
Que se deja arrastrar por el cautivante aroma de una piel.
Doloroso deseo que te adueñas de la paz, que embriagas un cuerpo entero
Despertando ansiedad, revives pasiones dormidas y provocas tantas más
Desafías la prudencia, la vergüenza, la seguridad, corroes los cimientos
Como roca que socava el mar.
Elixir engañador, poción adormecedora, tan efectivo tu poder
Que despiertas mis otros yo, aquellos temeros, cimentados en la razón
En la cordura de un tiempo, de un mundo, que no otorga a ellos perdón
Pones en mis manos, las llaves que libertan el cuerpo
Pero son las mismas que esclavizan la razón
Que juego tan lascivo invitas a jugar, rodeado de trampas que si te atrapan
Un trago amargo has de beber
Divino misterio, divina sensación, maldito embrujo, que robas mi aliento
Humedeces mis sueños, aceleras el corazón.
Quizás en tus recodos, tengas oculto los porque, la mente se niega a beber, teniendo el cuerpo tanta sed.