Son necesarias las palabras del regazo del corazón para que el regazo de la garganta borre con pureza la dolorosa llegada de la discusión.
Hoy es noche jugosa
de caricias rojas
de mejillas rosadas
de quejidos amarillos
de ilusiones naranjas
de pensamientos verdes
de miradas moradas
de unos ojos cafés
de las almas azuladas;
Mañaná vendrá una mañana seductora
de palabras felices
de poemaas románticos
de besos sublimes
con sabores almáticos
de chistes arlequines
de juegos arábicos
de amores charlatines
de sueños flemáticos.
Pero luego vendrán las noches sedientas
de caricias áridas
de mejillas negras
de quejidos pálidos
de iluxiones grises
de pensamientos quemados
de miradas cafés
de unos ojos apagados
de almas muertas
por su porvenir estárico;
Después, las mañanas serán frívolas
de palabras amargas
de poemas oscuros
de besos a amarras
sin sabores, con apuros
de chistes malos
y de juegos de tortura
de discusiones extrañas
de sueños en pesadillas
Finalmente serán... de dolores que matan
Shalom Ferrin