Querida mamá:
Creo que nunca te escribí. Estabas muy lejos de mi.
Hoy que estás alla en el cielo, hay noticias para ti.
Mis pantalones son cortos, los sesenta ya cumplí.
Te busco en el umbral de casa, y espero un ratito allí.
Regresé a nuestra aldea y casi nada cambió.
Exepto que hay más gente y el forastero soy yo.
A ti nadie te recuerda y es mucho mejor así,
Porque yo sí te recuerdo, y eres sola para mí.
Tus nietos ya han crecido, tienen su propio lugar.
Ya pasé por la tragedia que un día pasaste tú.
Aquí todos nos queremos, hay amor, cariño y paz,
Pero entre todas las cosas es mejor la soledad.
Hace tiempo que yo he muerto y se está mejor así.
Levanta, madre, tu mano, como fue en tu dia final.
Son los misterios del cielo que a nadie habra que decir.
También haré yo lo mismo, y a los demás bendecir.
No te impacientes, madre, que yo mismo iré a llevar,
Entre los pliegues de mi alma, allá en la eternidad,
Este poema escondido que solo tú lo sabrás.