Como una estrella fugaz atravesaste el cielo dejando un cráter en mi corazón herido, llenando de fuego el vacío que mi soledad cubre con un vallar de espinas y nombres que déjame las heridas abiertas para saciar su sed de sangre, la que desprende el alma dando muerte a la esperanza, al espíritu y toda mi letanía.
Avasallaste mi voluntad, dejándome sin fuerzas, como una sirena adormeciéndome en un susurro perenne al oído, la más dulce canción de amor.
El brillo de tu luz iluminó el camino hacia mi raciocinio, una inmensa nube de sentimientos despertaron en mí, desmoronando las montañas de hielo que cubrían mis ojos sin poder ver tanta belleza.
Cuanto vacío existía en mi corazón que con amor, logró llenar tu presencia, tanta belleza que no puedo despegar mis ojos de ti.
Cuanta paz en tu dulce voz que me embriaga de placer oírla, sin poder interrumpir tu elocuencia infinita,
Me lleno de tristeza en tus ausencias, que solo al mirar tus fotos no encuentro explicación; cómo tanto amor me puedes dar, dónde nacen tus fuerzas para tanta pasión?.
Me quedo en un éxtasis, hasta que te observo nuevamente, para regalarme un poquito mas de tu vida. Cruzando el mar desnuda, sin pudor, aunque la humedad absorba tú esencia, para encontrarme indefenso ante la mágico danzar de tu baile.
Déjame decirte que, sin ti no tengo la calma para ser yo mismo, déjame decirte, que todo mi calor te lo entrego, con éstas humildes palabras mi vida, poder decirte, que eres el sueño hecho realidad y no pienso despertar de el nunca jamás.
José Luis Vega