Cuando pienso señor que he pecado,
pienso en el castigo que me has señalado,
y me da miedo pensar en mi pasado
por eso es que no quisiera recordarlo.
Pero mi mente frágil se deshace,
recordando lo poco que he vivido,
y me asusta en verdad lo sucedido
que solo atino a decir que pase.
Aunque la maldad en mí no ha reinado,
la envidia no hizo nido en mi corazón,
pero tengo miedo Señor, sé que he pecado
ahora a ti te imploro, envíame perdón.
Y no te pido que me llenes de alegría
ni que me condenes a vivir en la tristeza,
lo único que te pido Señor en este día
es que llenes a mi cuerpo con pureza.
Quizás mañana llegara el gran día,
con tus ángeles vendrás lleno de luz,
será un día de llanto o de alegría,
o será el día que llevaré tu cruz.
Si llegase a ver esa gran suerte,
estaré contigo Señor, con mi alma pura,
o sino, de la mano con la muerte
llorando iré mi triste desventura.