Me hundo en la embriagante tristeza
que hoy corre por mis venas
llovizna de lágrimas en neblina
tan ajena, tan perfecta
Tan sublime la cualquiera
mientras danza inquieta entre sombras
me abraza, me encanta
lagrimas se deslizan y caen por mi quijada
falleciendo sin conocer tan siquiera su rostro
explotando en un sin fin de estrellas incoloras
tan pequeñas en tamaño, pero inmensas en significado
y por la lejana pradera
se observa en un columpio un trozo de madera
marchitándose bajo la sombra de una inmensa tormenta
victima de una extraña primavera
las flores al compás del viento te observan
mientras te traga vivo la tierra
y solo contemplas la negra historia de un sueño que nació muerto
Y sonríes en tu ahogo al darte cuenta, que un día te fue tan cierto algo que nunca tuvo aliento…