El corazón palpita, palpita con emoción, porque por mi cuerpo viaja un elixir de pasión. Soy aventurera en un mar de sentimientos que brotan cada día alrededor de mi pecho. No hay opacidad que oscurezca lo que siento porque el amor y la ilusión son la luz de mi cuerpo.
Cual colibrí que vuela alegre y sin temor así viaja el torrente de mi pasión, se escapa de lo certero, se aleja de la razón, no hay nada que haga parar esa corriente de atracción. El universo se engrandece la emoción crece, yo quiero volar alto y dejar escapar mis sentimientos para que en mi corta vida el amor haga cimientos y se mantenga cual llama viva y sin lamentos.
Corta la vida, grande la pasión, que será de mí sino dejo saltar a mi corazón. Se me eriza el cuerpo se inquieta mi alma, se me apaga la vida sino florece mi amor. Hay llanto hay alegría, debo agradecer a la vida. Soy muestra viva de que existe un mundo fugaz del cual no podemos escapar, del que de nada vale el no luchar.
Conduce mi alma, alimenta mi deseo, despierta sin temor, aduéñate del juego. Haz que deslumbre en mi cara y mi cuerpo ese sentimiento vivo, que me hace demostrarles a todos que el nutriente más hermoso que nos regala la vida, es albergar en el corazón una pujante alegría, inspirada por el amor y alimentada por la pasión.
Puedo vivir en el lumbral de mis pasiones, puedo morir en el mar de mis angustias, pero si es de morir amando prefiero no vivir negando. La vida me ha regalado una chispa impulsadora que me mantiene activa a toda hora, no puedo ni quiero, que se apague esa ilusión, porque si no mi cuerpo entraría en show. Ese catalizador energizante hace que viva el ahora, por eso te agradezco corazón que me hagas vivir sin demora.
Karen Rangel