Mira mis manos, están secas y ásperas del trabajo
y algo cansadas de la vida.
Mira mis días, son cortos y algunos largos con camisa
de siempre y jean de rutina.
Mira mis ojos, todavía brillan porque al mirarte o imaginarte
se desprende en mi la mas franca sonrisa.
Mira mi alma, porque solo tú sabes de que estoy hecho
aunque no transmita nada.
Mira mi futuro y heme allí contigo, donde en la vida
no he hecho más nada sino tratar de ser tu abrigo.
Mira mis ganas y la fuerza que me queda.
Mira que estoy hecho nada y que si sigue tu indiferencia
seré un objeto más que poco a poco se desintegra.