"Mentiría ahora si te digo/ que no pienso en lo que viví,/ cuando no supe qué hacer contigo/ para luego no saber qué hacer sin ti".
Fueron dulces besos, es cierto,
Nunca suelo negar lo que ha pasado,
Me hicieron soñar despierto
Por momentos muy cerca de ti…
Aunque luego me convencí
Que pude haberlo imaginado.
Porque algunos tragos demás
Por exceso de uno mismo,
Te hacen imaginar que estás
Viviendo una gran realidad,
Cuando en la triste verdad
Tan sólo viviste un espejismo.
Sin embargo he de decir
-y esto juega muy a tu favor-
Que todavía puedo sentir
Y sentirlo me provoca,
Merodeando en mi boca
De tus labios el sabor.
Dicen que borracho no recuerdas
Que los recuerdos mueren de mengua,
Que es muy normal que te pierdas
Confuso entre el ayer y el hoy…
Pero así es la vida. Aquí estoy
Y aún saboreo tu lengua.
Fue cuestión de una noche,
De la cual fui dueño y tú dueña…
Y ahora hay todo un reproche,
Que me pide que desconfíe,
Del corazón que no sabe por qué ríe
Ni del alma por qué sueña…
Y no sé si esto sólo atribuirlo
A un instante fortuito, casual.
No sé aún cómo debo asumirlo,
¡Qué importa quién besó a quién!
Si al recordarlo me siento bien
Y al tratar de olvidarlo… mal.
En verdad eso mucho depende
De cómo nosotros lo miramos.
Y cada uno pues, entiende
De un modo muy distinto eso.
Para ti… ¡nos dimos un beso!
Para mí, tal vez lo soñamos.
¿Realidad o ficción? Quién sabe.
No sé aún qué concepto le daré.
Sería lo ideal ¡qué duda cabe!
Volver al momento que te acercaste,
Y entonces sí, saber si me besaste
O fui yo el que delirante te besé.
Para sacar la conclusión final
No necesitamos ser sabios,
Siempre nos resultará igual.
Tú guardarás lo mejor que te di
Y yo tendré el sabor a ti
Merodeando en mis labios.