El trotar de unos caballos
Un retemblar de la gleba,
Varios sables reluciendo
Entre sombras macarenas.
La luna les mira y llora,
La noche está respirando.
Un sombrero acharolado
Con cara de verdinegro,
Iluminando las sombras
Rompe la noche de luna.
El Astro les mira y llora,
La noche está tiritando.
Sables de ley sin razones
Roja, que sale sangrando,
La muerte llega vestida
De verde vestido sacro.
La luna les mira y llora,
La noche está suspirando.
Entre la oscura ceniza
De las brasas enfriando,
Reposaba el Yerbabuena
Con los demás a su lado.
La luna les mira y gime.
La noche está alucinando.
La gitana tinta en bronce
Jadea junto a su amado,
Con qué sueña la Carmela
Cubierta de verde y blanco.
La luna las mira y gime.
La noche está terminando.
Con arrugas re pringosas,
El gitano está temblando.
Sueña que sueña de todo
Sin querer estar soñando,
La luna le observa y gime.
La noche está suspirando.
Los churumbeles hartitos,
Entre trapos respirando,
La casa de los Lembarios,
Se viste de grana y blanco.
La luna le observa y sufre
La noche está terminando.
Soñando con una huerta,
Están las caras de bronce,
Sabia del saber sabiendo,
Con suspiros de la noche.
La luna le observa y gime.
La oscuridad lloriqueando.
La muerte llega de noche
Con órganos amputados,
Mientras la luz de la luna
Inflama de rojo el blanco.
La luma les mira y gime,
La noche está suspirando.
Las adelfas y nenúfares,
Salpicados de despojos,
Porqué la noche gitana,
Se llena de verde abrojo.
La luna lo observa y llora,
La sombra está suspirando.
Las jaras y las retamas,
Entre gritos y lamentos,
Relucen la intransigencia,
De la parca y el lamento.
La luna le observa y gime,
La sombra se torna claro.
Quedaron muy recogidos
Los cuerpos de los gitanos,
Dormitando para siempre
Dentro del Edén sin payos.
La luna lo observa y sufre,
La sombra se va apagando.
El satélite ya no enciende,
El alumbre de los campos,
Donde sueñan extinguidos,
Los cuerpos de los gitanos.
La luna pretende hablarles,
Sin palabras de sus labios.
La noche de verdes sables,
Se evaden con los caballos.
La adversidad de una raza,
Se viste de negro y blanco.
La Extremadura con penas
Invoca el réquiem de payo.
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
3 de febrero del 2011