Shhhh, silencio.
No digas nada,
que la noche sea el único
testigo de este amor.
Que las estrellas iluminen
el camino que habrán de recorrer mis manos
que cada soplo del viento,
indique donde se posarán.
Entonces fundidos en un mismo metal
desvanezcámonos como agua que se evapora,
por el calor que corre y recorre
cada centímetro de tu piel…
Y es que amor, acaso la gente
no puede entender,
que para amarte
no necesite más
que esa dulce mirar de tus ojos…
No necesité más
que un cálido beso en la mejilla de la distancia,
no necesité más
que ese roce involuntario,
convertido ahora en caricia…
No necesité más
que tu mirada encendida
no necesité más
que esa asfixiante desesperación
que suplicaba con ternura a mis ojos
observar tu bella imagen…
No necesite más
que los momentos de alegría
esos, cuando mi corazón sentía,
que aquella tristeza y toda melancolía
por fin desaparecían…
No necesité más
que sentirte mía,
al pasar de los días…
Shhhhh, silencio
no digas nada
que la luz del sol
no debe saber aún
que es lo que pasa.