Ese paseo perdido
que tenemos aún pendiente
muy pronto tendrá lugar…
cuando vengas tú a verme.
Voy paseando mi vida,
agarrado de tu mano,
con el mar y el sol de frente
y con mis sueños sagrados.
Y tus pasos y los míos
van dibujando una huella
que en tu ausencia seguiré…
más allá de las estrellas.
Puede que el silencio sea
el único que nos hable,
mientras los dedos se busquen,
se entrelacen y se callen.
Y la tarde llegará
con nuestros pasos perdidos,
dando paso a las miradas…
de testigo sólo el río.
Y de regreso a mi casa
de nuevo disfrutaremos
del calor de los abrazos´,
-abrigos de leña y fuego-.