Ya toque demasiadas impurezas
y llore cuando los sueños se volvieron pesadillas.
A esta edad uno cumple años de imperfecciones,
celebra onomásticos de mentiras y traiciones;
la edad es corta así como el poeta corta el verso...
y quedan el alma y el puño sangrando en pedazos.
Quemaduras negras atraviesan mi piel,
cuando no puedo renunciar a nada... porque no tengo nada.
Viendo a las estrellas pienso en ese alguien,
en como seria expresarme y amar, y sentirme correspondido.
Y haré ver que muero sin que nadie lo note.
Así! Creo, que estoy condenado... a morir sin tener enfermedad.
Todo lo que tengo lo cambio por un amor, por un sueño.
¿Pero donde esta esa tú?
¿En donde se encuentra esa ella?
Yo solo tengo una procesión de soledad e incertidumbre;
pero quiero escuchar una sonrisa y una voz...
que me hable y de complemento a mi vida.
Y llegan la melancolía y la soledad como...
fantasmas que cuchichean en medio de la noche,
invisibles como una palabra joven;
y que hacen de mí dormir, un quetzal enjaulado...
que hacen de mí, un zombi por el día
y un vampiro por la noche.