En un país gobernaba un hombre en aquel tiempo soberano
Más que un gobernador, era un pirata
Que robaba al pueblo el oro y la plata
Tenía una escuadrilla que bajo su mando actuaban
También una familia que todo le solapaba
Porque beneficios de aquel hombre lograban
El soberano actúo con sigilo para que el pueblo, no notara
Que él no solo administraba, sino que también sisaba
Con nombre prestado y en países lejanos
Sus tesoros guardó, ¡que lo encontrarían! fue lo último que pensó
El pirata un cabo suelto dejo y el pueblo inteligentemente
La telaraña descubrió e impacto causo en el mundo
Lo que bajo de ella se encontró
Voy a darle a la historia un cambio para sentirme mejor
Y decir que el oro hallado, fue el pago que recibió
Por vender el alma al diablo y ser un gran señor
Ahora que el soberano pereció, imagino que esta en el fogón
Pero al diablo no se coima para recibir perdón
Y todo el oro robado de nada le sirvió
Y perdió lo más valioso, el alma que Dios a cada uno nos regaló
¡Pobre soberano! perdón amigos si a algunos les ofende mi compasión
Pero creo que el cambio comienza por el perdón
Dicen que ese fuego es eterno, y aunque el mundo entero lo perdonase
No habría quien lo librase de la eternidad que el forjo
Porque ni ardiendo eternamente
Podrá pagar el precio de cada vida inocente
Mi único temor es también mi gran duda
¿Diablo o soberano. ?
No tengo respuesta para tal interrogación
Pero lo dejo a tu criterio, seguro que tu respuesta
Es la aclaración.