Esa mujer, flor bendita y perfumada
eterna novia, esposa y madre fiel,
discreta amante que sin reservas
a quien un día jurara, llena de sueños
amor perpetuo, y aun niña tierna
en sus brazos se confió.
De su vientre fértil surge el fruto
que cual ofrenda a su esposo le brinda.
A esa mujer callada, que nos soporta con amor
quiero este homenaje fiel esposa y madre,
también novia y amante
noble mujer, te doy.
Mujer que sufre cuando el destino quiebra tus sueños,
de un hogar lleno de amor.
Porque aquel hombre en quien confiaste
en otros brazos quebrantó tu corazón.
A la esposa que el poeta ignora
que tantas veces se relega al olvido...
A esa mujer callada y fiel
que nos soporta con amor
quiero este tributo
a ti esposa y madre,
también novia y amante, nobre mujer, te doy...
También novia y amante
noble mujer te doy.
R. Gruger / mayo 1976