Llegó el momento de elegir
entre si quiero vivir
o morirme contigo,
y como un pobre mendigo
he llegado a decidir
que si yo he de morir
moriré solo conmigo.
Más romántico hubiera sido
elegir morir contigo
a una vida sin tu amor;
sobre mi tumba un cantor
con un lápiz marchito
un poema hubiera escrito
relatando mi dolor.
Pero ya ves que no puedo
ni siquiera me atrevo
a pensar en rendirme,
tengo la sangre firme,
el corazón altanero
y un cielo malevo
lloviendo pa´redimirme.
Te amé mi vida entera,
te dí lo que yo era
y todo lo que apreciaba,
pero a vos no te bastaba
pedime lo que quieras!
pero no pidas que me muera
en tus brazos encerrada.
Por eso me voy despacio
queriendo escuchar tus pasos
correr hasta alcanzarme,
con el pecho de alambre
y la duda de raso
habiendo vaciado el vaso
y ni un sonido que te delate.
Por eso me voy muy lento
oteando suelo y firmamento
esperando escuchar alguna razón,
quitando la lanza del corazón,
transformándote en lamento
y volándote con el viento
que me trae un nuevo adiós.