“El ánfora guarda siempre el aroma del primer vino que guardó.”
Horacio
Dormita el aula;
el aire bosteza…
Sueña la pizarra
con palabras nuevas
que en su piel
quedarán tatuadas,
tal como lo hicieron ayer,
otra vez mañana…;
descansan plácidas las sillas
bajo esas sabias mesas
que siempre las cobijan;
y una cartera olvidada,
algo roída y medioabierta,
con el alma dolorida,
al merecido reposo también se entrega…
El alba llega …
¡Suena la sirena!
Suena, suena y resuena;
suena la sirena
con su voz altanera…
Ya los silencios se desperezan.
¡Ya se despierta la escuela!