se oye a lo lejos el eco de la noche,
que a gritos; me reclama la ausencia
de tu cuerpo, ese que dejo al aire su esencia
y hoy se esfuma cual fatal reproche,
que aprisiona entre enredaderas,
la lagrima contenida en senderos,
y a su paso libera caudales enteros,
sepultando las coloridas primaveras.
mismas que se tiñen de invierno,
al sentir el penetrante frio del alma,
que en su silencio no logra la calma,
pues el sufrir es tan grande; que enfermo
el corazon con lentitud se muere,
al ver como se aleja el ser que quiere.