claudio ramirez vasquez

PLANTARÉ EN LA MAR, MI BLANCA ROSA

Acarician las yemas de mis dedos

la epidermis de su piel escarlata,

magnetiza, sublima, y delata,

al fundirse el amor entre los dos.

 

En silencio, Me ciñe y Me ata

en elixir maternal de grata cosa,

es sexual, en sus noches veleidosas,

y sensual, con sus labios de plata.

 

PLANTARÉ EN LA MAR, MI BLANCA ROSA,

para empapar de AMOR a los marinos,

cuando lleguen al umbral de su destino

entregarán la Guelaguetza a su Moza.

luego entonces, la convierten en su Diosa

y su sensible corzón no será en vano.

Florecerá con el planton del oceano

para adorno de los bellos Glaciares

será el Jardin eterno de los Lares

y Epifanía sapiente del Verano.

 

                          Claudio