Quería alumbrar tus vanos pensamientos
Regalándote la vana estrella de mi firmamento...
Y me perdí en la rosa de los vientos tuyos;
Porque amé que me llevara tu confluyo.
Quería amar tus carnes con desvarío
Abriéndote mis ventanas aun cuando sentía frío...
Y me lancé a la aventura de inventarte en mi escote;
Buscándote con los tibios dedos de la noche...
Quería recrearte: niño... tímido y sin rumbo fijo,
Despertándote hombre... “malicia e inocencia en revoltijo”...
Y me estrellé en la Venus dibujada sobre la palma de tu mano,
Rogando a que se extendiera tu via, sobre mi lácteo cuerpo profano.
Quería... Tantas cosas quería...
Perdida en el Universo, recordando lo que no ha sido
Voy desorbitando Lunas, colgada al hilo de mi insana profecía;
Buscando perder en el fuego de tus rayos, mis sentidos.