El Hombre de la Rosa

LA CORRIDA

Los tendidos del albero,

Se pintan de toro bravo,

De trajes de luces vivas

Del amor del ciudadano.

Destino del ser del toro,

De saber de su bravura,

Con el capote se prueba

Con pases y gracia pura.

El clarín toca en el coso

Anunciándonos el duelo,

Las peinetas y Manolas

De tules gráciles negros.

Esta fiesta de la muerte,

Se viste de negro duelo,

El sentir de los romanos

En arenas de los miedos.

Hay encajes y brocados

En los ternos de toreros,

Con las rúbricas del oro

Con madreperla y salero.

Es el mutismo del miedo

De ser cogido en la plaza,

Donde vagan los espadas,

Que no se van del albero.

Las gradas y los tendidos

Palpitan oles de incienso,

De suerte de buen hacer

De unos pases revoleros.

No tiene temor la suerte

De naturales de aciertos,

Esta el albero encendido

Con los pases del torero.

La espada fulgura al aire,

Es la hora de los diestros,

Que saben matar al toro,

Sin pena ni sentimientos.

Ruedo que rueda la vida,

Rechazada de esta suerte,

Que sabe, sabe sabiendo,

Al toro le atrae la muerte.

Piedad, capote y clarines

Cubrirles con luz y gloria

Por este arranque del toro

Es nuestra fiesta española.

 

Autor:

Críspulo Cortés Cortés

El Hombre de la Rosa

6 de marzo del 2011