Humedales distribuidos cual frescura de rocío
cuando amanece cada día atiborrando los sentidos;
Humedales cristalinos de fragmentos deslumbrantes
proyectando el universo rodeante en el instante;
Humedales refrescantes en la tibieza de la rosa de tu boca
cuando abarca el encuentro de mis labios en mutismo;
Humedales compartidos en la selva no verdosa
de las porosidades de tu cuerpo;
Humedales avivados deslizados lentamente,
cuando sale el son naciente en la explosión del agite de tu cuerpo;
Humedales ya secados dejando salubridad
de la mar aunque sea ausente;
Humedales instantáneos con sabor a la cascada cantarina
que brota de tu esencia misteriosa;
humedales esponjosos,
humedales incipientes,
humedales excitantes,
humedales burbujeantes,
humedales transparentes,
humedales desgarrados,
humedales pegajosos,
humedales libidinosos,
humedales silenciosos,
humedales lujuriosos,
humedales tan variados
como misma es la existencia
que rodea la cadencia
de los cantos misteriosos
en la profundidad de la vida:
mis humedales, tus humedales,
los humedales...
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