La esperanza alada siempre ha preferido
los castillos en el aire para descansar,
lejos del magnetismo
gravitante de las palabras
y de la vitrina dolorosa de la realidad;
allá donde la lluvia es nube
ingrávida pulula
como un pensamiento /
como una imagen en un verso.
La esperanza alada
sobre la piel deja su humedad
de vaho claro
como los caminos solitarios
van dejando al ritmo del tiempo
la clara estela de la imaginación;
en lucha a muerte contra azares
es cristalino río
que alimenta el árbol del canto,
es la ola que crece acunando
la barca de los anhelos
y sin darse apenas cuenta
como luz del día
baja del firmamento /
deja las nubes de la utopía
para invadir el corazón
procurando ser fe.