Ana Maria Delgado
AL ABRIGO DEL SOL
Me estremezco al escuchar el incesante y rudo golpear de las impredecibles y pesadas gotas de lluvia,en las tejas de barro de la antigua casa. La humedad traspasa las gruesas paredes,y el frio impresionante punza en mi piel, te miro y me acerco a ti en el lecho,sintiendo en mi rostro tu tibio aliento. Te observo mientras duermes,frágil e inocente, y me provoca arrancarme la piel y cubrirte con ella, combatiendo al vientoque se arremolina, en las delicadas formas de tu cuerpo. Tu piel dorada murmura,como suaves notas de acordeón, implorando que mis manos de artistate recorran sin pudor. Despiertas, desbordas besos, confías en mí, me quemas con tu fuego, me enrollas entre tu cabello,entre tus manías y tus juegos,decides cada paso y te sigo…
Me vuelvo amante prisionero de ti...hasta saciarme beso con ternura tus prados,tus enramadas, tus bosques y tus claros…en autentica e intima guerra pasional nos enfrentamos, sin farsas, sin frenos…
Tejemos ofrendas al amor,nuestros cuerpos bailan sin rienda,al compas pasional de los deseos,y hablan de nuestras ganas juntas…en el aire se percibela fragancia ligera a maduras manzanas,a rosas, a mangos... es el olor de nuestros insaciables cuerpos.
Olvidamos el frio, la humedad de las paredes, el incesante y rudo golpear de las impredecibles y pesadas gotas de lluvia en las tejas de barro de la antigua casa... POR: ANA MARIA DELGADO P.