El atardecer del recuerdo
En una baranda costera y mirando el ¡Mar!
Una tarde cuando el sol se escondía en el horizonte
Un hombre Brindaba por una mujer
Que ese Septiembre cumplía un año más
Y que días antes se había despedido de su vida
Dejando en él, un profundo dolor.
El eco de su voz retumbaba en sus oídos
Y sus palabras hacían que su alma
Se desprendiera a un vacío
Como una flor que deja caer sus pétalos
Sin regreso
Dejando su voz en un profundo silencio.
Ese hombre sufría un dolor
Que, ni el humo del cigarrito que se alzaba
Al cielo en forma de espirales
Llevando consigo sus sentimientos
Eran capaces de calma el sufrimiento
De ese atardecer.
El, sólo pensaba en esos labios
Que días antes besaba con pasión
Y lograban la inspiración de su vida
Como una nota musical que endulzaban sus oídos
En una canción de ¡Amor!
Pasaron las horas y él, en silencio
Veía como las olas chocaban en la baranda
Que su cuerpo cobijaba
Y gotas de aguas humedecían su rostro
Que la brisa del ¡Mar! Secaban
Con la suavidad que un día, esa
Mujer con ¡Amor! las borraba.
Pero pese a los sufrimientos de su corazón
Aún recuerda los momentos más sublimes
De esa relación que un día lo hizo
Soñar, soñar y soñar
En el ¡Amor! eterno.
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz