Tengo una luna hecha polvo
Escondida en mis pupilas
Un haz de luz escarlata
emboscado
En el espacio entre mi riñón y mi hígado
Una flecha de acero enterrada
En el campo de huesos de mi carne
Va quedando sólo una poza de bilis, una mancha de sangre en medio a la nada, intento recordar pero no puedo
donde quedó la brisa fresca el tacto suave las yemas de los dedos la silueta
el claro de luna donde iban
una tras otra
todas mis sombras a morir