Me pasé la vida entera
levantando árboles caídos
haciendo del barro fortalezas
y burilando piedras que diamantes escondían.
Arquitecto de vidas e ilusiones
las perlas brillan a mi paso
y las flores me regalan
el mejor de sus aromas.
Dios no escucha a los que sufrimos por amor
es un Cacaseno consentido
apoltronado en una gran torre
con cimientos de papel.
Delalma
Lunes, 07 de marzo de 2011