FERNANDO CARDONA

MUJER

    MUJER   

 

Más allá de lo bello y lo divino
un ser grande y hermoso yérguese alto,
juntando en si lo fuerte con lo fino,
es la mujer, ante quien yo me inclino,
como ante dios se inclina un hombre santo.

 

Sin importar tu rango, yo te admiro,

Sin que tu raza importe, yo te canto,

Eres mujer, y eso ya es un motivo

Para brindar por ti con ricos vinos

Y decirte que vales tanto y tanto,

 

Que en todo cuanto existe en esta vida

Esta tu mano delicada y fuerte,

Tu mano bondadosa y compasiva,

Tu mano valerosa y aguerrida,

Tu mano que da amor y vida y muerte.

 

Así como sin noche no hay estrellas

No  habría existido Cristo sin maría,

Y es que sin ti, mujer, no habría aquellas

Las cosas dulces, placenteras, bellas

Sin las que no existiera la alegría.

 

La vida es bella porque tú, mujer

Existes y le das sentido a todo,

No basto el pobre Adán hecho de lodo

Para lograr la vida hacer crecer,

Y entonces fue preciso, de igual modo

 

Crear a la mujer indispensable

Porque sin ella todo es imposible,

Porque sin ella somos impensables,

Porque sin ella somos deleznables,

Porque vivir sin ellas, no es posible

 

Dios te bendiga siempre gran mujer,

Y que jamás nos falte tu presencia,

Porque sin ti el vivir no puede ser,

Porque hasta dios con todo su poder

Para lograr llegar a la existencia

Tuvo que recurrir a una mujer             

 

 

 

 

    MUJER OBRERA

 

Temprano, muy temprano del lecho al piso saltas

Y tras un baño rápido y un café apresurado,

Corres hacia la esquina a esperar como tantas

El autobús que viene de gentes atestado.

 

Temprano, muy temprano llegarás a la planta,

Allí, donde laboras por mísero salario,

Y bajo la mirada de un capataz que achanta

Trabajarás un día con gesto acoquinado.

 

Volverás a tu casa, silente, haciendo cuentas,

Que se acabo el arroz, las papas, la panela,

Hay que pagar servicios, hay que pagar la renta,

Y hay que abonarle un poco al saldo  de la tienda.

 

Aun falta una semana para cobrar quincena,

Mejor no hagas las cuentas si no hay con que pagar.

Volverás a la tienda con un poco de pena

A pedir que te apunten  arroz, panela  y pan.

 

Otra vez al trabajo, otra vez la rutina,

Como todos los días el ritual es el mismo

Te levantas, al baño, el tinto y a la esquina

El bus, la planta, el jefe que mira con cinismo.

 

Mientras al desayuno, frías migajas de papa

Masticas aburrida, que triste desayuno,

Piensas: esto no es justo, unos con tanta plata,

Y cada día más ricos con el trabajo de uno.

 

Pero estos pensamientos no mejoran el día,

Mejor pensar en nada y seguir camellando.

Luego hay una noticia, la efímera alegría

De saber que te pagan y te quedas pensando:

 

Si pago los servicios y pago la vivienda,

Y guardo los pasajes pa venir al trabajo,

Con que pago el cosmético, con que pago en la tienda,

Esto ya no me alcanza pa una mierda, carajo!!!

 

Y las necesidades no paran de crecer,

Los niños necesitan cuadernos y vestido,

Que suerte tan torcida, peor no puede ser

Y pa colmo de males la abandonó el marido

 

Y así sigue la vida de la mujer obrera

Levántese temprano y corra a trabajar,

Cada quincena cobra y se queda cabrera

Viendo que su miseria no logra superar

 

 

 

Y así pasan los días y pasan las semanas,

Los meses se hacen años y en vano ellos no avanzan,

Y la obrera vislumbra cada vez más lejana

De una vida más digna la tímida esperanza.

 

Es amarga y es dura la vida de la obrera,

Con su trabajo aporta para la sociedad,

Pero de su ardua lucha tan solo a ella le queda

Vivir sin esperanzas, morir en soledad.

 

 

Fernando DE J. Cardona Caro