Dicen que hay que morir para nacer de nuevo.
Pero morir – completamente.
Hace un minuto me di cuenta
que aun guardo tu aliento en el bolsillo,
tus palabras antiguas en mi hoja en blanco,
tus miradas color caricia
m a n c h a n d o la pureza
de esta primera página
supuestamente libre de ti.
Hay que morir para nacer de nuevo.
Yo tanto moría por ti, Sofía,
que finalmente morí.
Pero hace un minuto, me di cuenta,
que para vivir, así – en blanco,
también
debo dejarte morir:
debo forzarme. Soltarte. Dejarte caer.
Aunque me duela ver tu cuerpo frágil
golpeando el suelo tan profundo de esTE cAOs,
debo dejarte morir.
Quiero que, como yo, nazcas de nuevo.
Pero esta vez –
Así, inocente, - como yo solía ser.
Así, imperfecta, - como aprendí a amarte.
Así, MÍA, - como nunca fuiste.
Si te digo que te amo,
quiero decir que te amo.
Y así, amándote, Sofía,
voy a dejarte morir.
Carlos Alcaraz
25/02/11