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PON tu MANO sobre mi PECHO
PON tu MANO sobre mi PECHO:
Sin mostrar miedo y palpa cuánto dolor existe arraigado en los latidos de mi corazón, que el amor no lo puedo reflejar al mirarte como lo sentía ayer, solo brotan lágrimas que corren lentamente por mi rostro, como manantial de desamor al recordar lo que fuimos a lo que somos ahora, Sol y Sombra de un destino escrito con sangre sin glorias...,
Desnudo y dime de qué vale seguir viviendo en soledad, con este vacío presente que no miente, con el alma en pena cada amanecer de despertar y que nadie más que Tú, con tu añorada presencia, puedes cubrir a cabalidad, con tu anhelado cuerpo en el mío, brindándome el calor de la seguridad, que había por alcance en tus brazos, cuando abarcabas de mis sueños las ansias de amar, dándome siempre ese beso inesperado en mis labios, sin tener que abrir mis labios para pronunciar palabra alguna por llamado, ahí estabas, presente de cuerpo, alma y corazón, amado...,
Que el caballero que agoniza por falta de amor, acostado solo en una cama a pesar de todo antes de morir, te perdona sin guardarte, odio ni rencor, dedicándote su último minuto de aliento, para despedirse de su amada, tomándole su otra mano libre entre la suya temblorosa, aunque no lo merezca, aguantando la sed de amar al no mendigar un beso, visto en sus ojos marchitos, que hidrate por sanación sus olvidados labios y hasta a la flor por vida, de su amor herido dentro su corazón mancillado...,
Presiento que el llamado viene ya en camino del cielo, los ángeles no deben tardar para cumplir fielmente su misión al Señor, no llores mas mujer amada ahora, que mi tiempo en esta tierra de ingratos mortales expiró, ya no es más tiempo prestado de otro doliente anónimo a expensa y disposición de tu tardío y desperdiciado tiempo de amar, pero has de saber, que el mismo será, testigo y verdugo mudo a tu llamado, por lo que aquí sucedió, como de esas lágrimas por mar, que por tu desamor impunemente derramé gota a gota todas las noches arrodillado a tus pies, en tu bello e inconmovible cuerpo, inmutable de todo dolor si el padecimiento sufrido fue en piel ajena, al no querer notar nunca más, mi presencia por llamado, frente a ti.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 08032011 07:00 PM.