Incontables goces revolotean
más lujuria y la pasión
inundan la seducción
de borracheras inclementes,
de sensaciones maldicientes,
de hechicería infame,
de conjuros y perjurios
en el microcosmos embarrotado,
perfila las penumbras de risas acolchonadas,
aumentan los suspiros enjaulados,
las miradas ciegas se funden,
brota escandalosas risas
mudas de dolor y triunfo…
con olor a santo
en el mundo de piel,
mundo de calor,
mundo de delirio,
mundo de sábanas,
mundo de colchón,
mundo de luces mortecinas,
mundo de olores vagos,
mundo de cuerpos duros
y a veces blandos...
de cabellos desteñidos,
mundos húmedos
y a veces secos,
mundos olorosos
y a veces dolorosos,
en una gran casona vieja,
hermosa, erguida, perenne…
se guarda mil y un secreto
de amor fortivo,
un tesoro preferido
para vagabundear
con las delicias de alcoba…
microcosmos de calor,
seducción y parrandón
donde desafiase a Eros, a Venus, al Nilo
y al Olimpo entero
inventando acción serpenteante…
con un dios enfrente
que perturba sentidos con el bronce
de la piel y carne
que se erecta y muere
ahogándose en la espuma de la vida
para renacer más luego
en el microcosmos del amor.
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