Quiero ser en ti
interminable llama
o la ola que descanse ahí en la orilla
pero
no es tu ausencia que duele
ni la lejanía de tu voz
que se me adhiere
es la impotencia
de quererte.
Te estoy queriendo así
en el abismo de mi voz
y
en la hoja seca de mis manos
levántame un momento
estoy tirado
sobre el césped de mi desventura
(Soy telaraña sobre un tronco hueco
y un leño corrugado
por el fuego)
Pero presiento la hora
que llega como un temblor sin habla
aguacero en una tarde
soleada…
Te espero y -ha de llegar la hora-
en que arribes a mí
como un fantasma.
Quiero escapar de esta espera
ayúdame!¡
Es un dilema la esquina en que me aguardas
es una encrucijada seguir
esperando…
¿Hasta cuándo anclaras tu mirada
en el océano de mi desesperanza?
Déjame escapar de mí
ya no quiero ser
lo que soy
-si no soy nada-
(Una simple luciérnaga en la noche
o un sencillo respirar sobre la almohada)
Este cigarro que sostengo en la boca
es parecido a esta mañana fría
porque no quiero ser
más que un bocado de humo en la mañana
y un viento helado
que me sofoque el alma.
¡OH Dios…! No me mires sorprendido
-es esta amarga espera
que es sombra en mi camino-
¡Dios mío déjame escapar de este arrecife!
que mi sendero obstruye
…¡déjame correr te imploro
y ocúltame como un escarabajo
bajo tierra!
¿Hasta cuándo resistiré la espera? ¿De dónde viene…?
¿Cuántas canas tendré cuándo ella llegue?
Sólo sé que la espero como un adolescente
y a mis LI años
estoy envejeciendo de esperarla…
Desde que le conocí nada me abrume
ni me agobia
ni me intimida decir que le quiero
-el tiempo no remedia ya la espera
ni esta espera es un remedio
a mi tristeza-
Quiero morirme un rato sería muy elocuente
que me atropellen hoy…
Porque quizás mañana
ella quiera buscarme
y
para entonces se apacigüe la espera.