Cual caballos desbocados,
los pensamientos,
en su alocada carrera,
van escribiendo,
erráticas emociones
y sentimientos.
Y yo cabalgo con ellos
o así lo creo,
ilusorias riendas de plata
en mis manos llevo,
creyéndome de su destino
su único dueño .
Y no soy más que un esclavo
que va siguiendo,
en estado de vigilia
como en los sueños.
a indómitos e inquietos
corceles negros.
Hoy me detuve a observarlos
por algún tiempo
solo fui un testigo
de sus movimientos
y de a poco se han calmado
para mi desconcierto.
De la tropilla se ha separado
uno de ellos
y con sus cascos formado
en fugaz destello
interrogante tan vieja
como el universo.
Cuando las sombras me envuelvan
en terciopelo
y con la brisa se vaya
mi ultimo aliento,
donde habrán de galopar
mis pensamientos?