REYNA GALACTICA

ROSARIO

Sucedió en mi pueblo natal , era yo una niña pequeñita, apenas tenía cinco años de edad, no obstante, cursaba primer grado y ella, Rosario, estudiaba unos grados más que yo en el mismo colegio, ubicado aproximadamente a tres Km de nuestros hogares, vivíamos en casas vecinas, íbamos y veníamos caminando. Nuestra niñez transcurría, tranquila y feliz, en un ambiente semi rural, muy sano y agradable. Siendo mi amiga, mayor que yo varios años, le fue encomendada la responsabilidad de llevarme y traerme todos los días, así ocurría, hasta que hice nuevas amistades de mi misma edad, con las cuales prefería andar. En consecuencia me alejé de Rosario, ¡hasta elegí otro camino para irme a casa!. En vano trataba de persuadirme para que la siguiera., todo eso que pasaba era desconocido por mis padres. Un día su abuelita le contó a mama y a papá lo que sucedía, en medio de gestos de sorpresa, me llamaron preguntándome, porque yo no quería andar con Rosario. En mi mente infantil ni siquiera pensaba que contestar, Guardaba silencio, no sabía que decir, realmente ni yo misma era consciente de porque actuaba así. E igual seguía negándome a dejarme acompañar por ella Una vez terminado el año escolar todos nos mudamos a la ciudad y olvidé el asunto. Siendo ya una adolescente fui al pueblo con mi papa, visitamos la casa donde vivía Rosario y la vi: Era una mujer todavía soltera, bella, gentil, muy dulce. Fue sumamente grato el encuentro. Desde entonces no supe más de su vida. Años más tarde en mi casa, oyendo una melodía que se titula “Rosario”, de un compositor venezolano, recordé aquellos días cuando me acompañaba al colegio y surgió desde muy dentro de mí, un profundo sentimiento de agradecimiento hacia ella, por ese gesto de cuidarme, de acompañarme. Que a esa corta edad yo no podía entenderlo, ni definirlo. Y estuvo allí muchos años guardado en mi corazón.